Tuesday, March 11, 2014

No, no os tengo abandonados…

Sé que hace varios días que no escribo pero desde que he llegado a Molo esto ha sido un no parar.

Mis últimos días en Nairobi fueron buenos, aunque pasaron algunas cosillas en Kibera que hicieron replantearme el programa de voluntariado. Sé que los programas de voluntariado son una fuente de ingresos para las asociaciones y ONGs pero, personalmente no lo llevaría a cabo en Kibera por un tema de seguridad. Incluso a veces me gustaría eliminar el propio programa de voluntariado en Molo porque a menudo traen más inconvenientes que beneficios para la comunidad y son una carga de trabajo para los locales, pero actualmente es una fuente de financiación para los proyectos y es difícil dejar dichos programas a un lado.

En Kibera, en Slumsoka concretamente, queda mucho por hacer todavía y creo que la Fundación Cronos debería centrar su apoyo en este programa durante un tiempo para poder mejorar las condiciones y, después de unos meses o años, dejar que camine solo.

Hablando de caminar… Caminar por Kibera no es fácil a veces. Las calles “anchas” de golpe se convierten en calles estrechas con barro y agua con desechos, moscas, agujeros… En Kibera acostumbro a seguir a Calvin que camina por sus calles como si levitara pero muchas veces me sentía como el Albert Om en el programa “El Convidat” cuando seguía a Kilian Jornet por la nieve (el segundo caminando como si la nieve fuera asfalto y el primero tropezando y metiendo los pies donde no debe…).

Dejé Kibera y Nairobi el 2 de marzo ya que llegaron mi amiga Tiziana con su amiga Maria Vittoria a pasar una semana en Molo. Las fui a recoger y nos encaminamos a Nakuru y de allí a Molo. Al día siguiente se nos unieron dos voluntarios más de Pamplona, Sara e Igor y, junto con Jason, un chico americano de 19 años familiar “político” de Lucy y Samuel, estuvimos toda la semana en el colegio y el orfanato sin parar.

El fin de semana pasado las dos italianas y los dos pamplonicas se fueron de safari y llegó Fernando, un voluntario de Burgos. Tiziana y Maria Vittoria ya se han ido y aquí seguimos los demás.

Me ha encantado volver a ver a mis niños, sobre todo a los del orfanato. Daddy está para comérselo a besos. Pasé una noche en el orfanato y me di cuenta que aún hay muchas cosas por hacer y por mejorar.

Ayer estuve en Kericho con Lucy y Samuel, fuimos a visitar dos orfanatos. Es bueno conocer otras realidades y otras maneras de trabajar para coger ideas y aportarlas a los otros proyectos.

Hoy me voy a Nakuru a pasar la semana con Susan hasta el domingo. El lunes que viene llega Calvin a Molo a quedarse durante 5 días y el fin de semana nos vamos otra vez a Kakamega y a Wawidhi a ver cómo van los trámites para iniciar la construcción del pozo.

Como veis no paro, voy para arriba y para abajo todo el día. El viernes pasado estuve con fiebre y anginas así que ese fin de semana descansé para poder coger fuerzas y seguir trabajando. El domingo ya estaba totalmente recuperada.

Pues nada, me queda aquí un mes y tres días… El tiempo va pasando sin que una se de casi cuenta, pero bueno, aún estoy aquí así que no voy a pensar en el tiempo que me queda.
Por cierto, Peninah, la mujer de Patrick, se ha convertido en toda una experta cocinera de tortilla de patatas. La pobre ha tenido que aprender de mí (una pésima cocinera) pero con una que hice en su casa ya tuvo suficiente para ir haciendo e invitando a sus amigos y familiares. Dentro de poco… ¡restaurante español en Nairobi!

2 comments:

  1. Estás realizando una labor difícil y apasionante, humanitaria y altruista, que seguramente les aportará tanto a ellos como a ti misma. Cuidate mucho para no enfermar y aléjate de lo que consideres peligroso. Y por supuesto, sigue postando, que es la manera de que podamos compartirlo contigo. Un besote!

    ReplyDelete
  2. Gracias cuchi! Por cierto... quién eres?

    ReplyDelete